Resumen de Artículo por Dr. Luis Elizondo / Endocrinólogo
Paso 1 para comer mejor no requiere perfección ni sacrificio extremo: simplemente come más alimentos frescos y mínimamente procesados (NOVA 1), como frutas, verduras, granos, legumbres, huevos, carnes frescas, lácteos naturales y preparaciones caseras sencillas. No tienen por qué ser aburridos o insípidos—son la base de cocinas ancestrales y pueden llenarse de color, sabor y creatividad. Al priorizar estos alimentos, no solo mejoras tu nutrición sino también la relación con tu cuerpo, tus emociones y tu entorno.
No te obsesiones al inicio con metas estrictas de peso, glucosa o presión arterial. Cree en la ciencia: los beneficios de cambiar lo que comes aparecen con el tiempo y son sostenibles. Comer más de lo bueno es el primer y más poderoso paso para experimentar mejor salud, más energía y un desempeño óptimo en cada aspecto de tu vida. Haz de cada elección alimentaria un acto de confianza en ti y en lo que te respalda la mejor evidencia.
Juul, Filippa, Euridice Martinez-Steele, Niyati Parekh, y Carlos A. Monteiro. “The Role of Ultra-Processed Food in Obesity.” Nature Reviews Endocrinology 21 (noviembre 2025): 672–685. https://doi.org/10.1038/s41574-025-01143-7.
The role of ultra-processed food in obesity | Nature Reviews Endocrinology
Comer mejor es elegir poder: la ciencia detrás de los ultraprocesados y la obesidad
¿Sabías que buena parte de la obesidad mundial está relacionada con los alimentos ultraprocesados?
Un grupo de investigadores de São Paulo y Nueva York acaba de publicar un estudio que resume, con base científica, algo que muchos ya intuíamos: mientras más productos ultraprocesados consumimos, mayor es el riesgo de aumentar de peso y desarrollar enfermedades metabólicas.
La buena noticia es que también demostraron el lado opuesto: cuando nuestra dieta se basa en alimentos naturales o mínimamente procesados (NOVA 1) y procesados simples (NOVA 3), la probabilidad de obesidad disminuye notablemente. Es decir, comer real sigue siendo el mejor remedio.
Detrás del descubrimiento: las fuentes que lo confirman
Este análisis global se construyó sobre una base científica sólida (abajo en la última parte del artículo):
- Revisiones y meta-análisis publicados en revistas médicas de alto impacto como BMJ, Obesity Reviews y Critical Reviews in Food Science and Nutrition.
- Ensayos clínicos controlados, como el de Kevin Hall (Cell Metabolism, 2019), donde las personas que llevaron una dieta alta en ultraprocesados consumieron 500 calorías más por día y aumentaron de peso, aun cuando las comidas tenían la misma cantidad de nutrientes.
- Cohortes internacionales que siguieron a miles de personas por años, analizando la calidad de su dieta usando la clasificación NOVA.
- Investigaciones experimentales y fisiológicas, que mostraron cómo los ultraprocesados alteran el apetito, la saciedad, la microbiota intestinal y los sistemas cerebrales de recompensa.
- Estudios en políticas públicas de países como México, Chile y Brasil, donde el etiquetado frontal o los impuestos a productos ultraprocesados ya muestran resultados positivos.
NOVA: entender la clasificación que revolucionó la nutrición
La clasificación NOVA, creada por el equipo de Carlos Monteiro en la Universidad de São Paulo, agrupa los alimentos según su grado de procesamiento industrial:
- NOVA 1: frescos o mínimamente procesados (frutas, verduras, granos, huevos, carnes, leche).
- NOVA 2: ingredientes culinarios (aceite, sal, azúcar, mantequilla).
- NOVA 3: alimentos procesados de forma tradicional (pan simple, conservas, quesos, yogurt natural).
- NOVA 4: ultraprocesados industriales (snacks, refrescos, cereales azucarados, embutidos, productos listos para comer).
La ciencia concluye que es a partir del grupo NOVA 4 donde comienza la asociación clara con obesidad y desbalances metabólicos. Estos productos no solo aportan más calorías, sino que estimulan el apetito y dificultan la regulación natural del hambre.
Cuándo comenzó todo: la explosión de los ultraprocesados
El cambio no ocurrió de la noche a la mañana. Desde la década de 1980, las grandes corporaciones alimentarias expandieron su presencia global aprovechando la industrialización y la globalización. Estos productos —baratos, duraderos y diseñados para activar los sistemas de placer cerebral— fueron reemplazando los alimentos caseros y tradicionales. Esta “revolución alimentaria” vino acompañada de otra transformación: el incremento mundial del sobrepeso y la obesidad.

La decisión final: el poder está en el plato
A pesar de los esfuerzos de algunos gobiernos por reducir el impacto de los ultraprocesados —mediante advertencias en etiquetado, impuestos o restricciones publicitarias—, el cambio más poderoso no ocurre en los despachos políticos: ocurre en la cocina, en el supermercado y en cada plato que elegimos.
El consumidor tiene el poder de decidir qué tipo de cuerpo, salud y energía quiere construir día a día. Comer de manera consciente, preferir alimentos naturales y reducir los ultraprocesados no solo previene enfermedades, también mejora el desempeño físico, mental y emocional.
La industria puede influir, pero la última palabra la tiene quien elige qué comer. Para algunos es gradual adquirir esta habilidad. Comerse un chayote termina siendo un soft skill del siglo XXI.
Referencias clave / los articulos que mencionan los investigadores que salen en la publicación que asocian obesidad con ultraprocesados:
- Lane, M. M. et al., BMJ, 2024.
- Hall, K. D. et al., Cell Metabolism, 2019.
- Moradi, S. et al., Critical Reviews in Food Science and Nutrition, 2023.
- Pagliai, G. et al., British Journal of Nutrition, 2021.
- Monteiro, C. A. et al., Public Health Nutrition, 2019.
